Pigment Gallery

Pigment Gallery fue fundada en Barcelona en 2016 por Ferran Josa con la intención de conectar con un público sensible a los cambios que se están produciendo en el mundo del arte y en el mundo en general.

Comprometidos con aspectos como el cambio climático, la educación, el respeto por el medio ambiente o el empoderamiento de la mujer, la galería ha realizado diversas exposiciones y colaboraciones que apuntan e en esta dirección. Su línea de trabajo, formada por artistas contemporáneos, incluye jóvenes promesas y artistas mas consolidados de la escena española e internacional. Su cuidada selección, fruto del gusto ecléctico de su fundador, parte de una figuración moderna y se adentra en otras corrientes donde podemos encontrar obras de artistas herederos de la abstracción norteamericana, del informalismo matérico o las geometrías abstractas.

Con una importante presencia en el mercado internacional a través de la participación en ferias como ArtParis, Kiaf en Seul o Estampa, entre otras.

Artistas representados:

Rosa Galindo, Juan Escudero, David Morago, Rosanna Casano, Marta Fàbregas, Manu vb Tintoré, Marcelo Fuentes, Gerard Fernández Rico, Patricio Reig, Anke Blaue, Penélope Clot, Jordi Martoranno, Carlos Tárdez, Diego Benéitez, Martina Manyà, Eduardo Pérez - Cabrero, Rosa Artero, Carla Tarruella, Francesca Poza, Dominica Sánchez, Diego Ferrari, Marcel Camps, Marcos Isamat, Benjamin Gaumard, Victor Silva, Juan Miguel Quiñones, Mario Pasqualotto, Ana Monsó.

Manolo Sierra (Cádiz, 1973) se coloca en las antípodas de su modo de trabajo y de su manera de entender la actividad pictórica. El vídeo presenta a un pintor que aparenta estar inmerso en su proceso creativo, aunque el contenido sugiere una escenificación cuidadosamente diseñada. Desde los primeros segundos, se percibe una construcción estética centrada más en la imagen del artista que en la autenticidad del acto creativo. 

El pintor organiza materiales, mezcla colores y realiza gestos calculados frente al lienzo, pero sin evidenciar un desarrollo real de la obra. Las pinceladas parecen coreografiadas y no generan cambios significativos, lo que indica que la obra ya estaba definida o concluida previamente. La iluminación, la música y los encuadres refuerzan esta teatralidad, priorizando la forma sobre el fondo. Más que documentar un proceso artístico genuino, el video funciona como una representación idealizada del acto de pintar, dirigida a una supuesta audiencia que valora lo visual por encima del contenido. En ese sentido, se distancia del arte como búsqueda expresiva y se acerca a la estética publicitaria con un trasfondo crítico.